12 de abril de 2007

Y así vamos…

Me encontraba hace ya unos días escribiendo este post, pero lo había dejado apartado por compromisos en el master que estoy haciendo, hasta que ayer leyendo el Blog de Enrique Dans, lo he recuperado, a colación de la ley que está planeando sobre los derechos de autor, la SGAE con la connivencia del Estado.

De aquellos polvos, estos lodos. No nos debería extrañar, a estas alturas, la increíble ley del cine que el gobierno socialista está intentando aprobar. En este sentido, no hace falta una aguda “memoria histórica” para recordar el duro trabajo de calle que, cual guerrillas urbanas, libraron los personajes más destacados del sector cinematográfico español en las pasadas elecciones a favor del Partido Socialista, o mejor dicho, en contra de la Guerra de Irak, como proclamaban... Tampoco cabe olvidar una de las primeras reuniones que el recién nombrado Presidente Zapatero mantuvo en la Moncloa: la plana mayor de la SGAE, con el marxista (y todos los –istas) Ramoncín a la cabeza.

Para cualquier mortal que viva en este país, estos movimientos a favor de lo que para algunos es la “cultura”, no deberían representar nada extraño; pero si se analizan las propuestas y la finalidad que tienen, esto sí que debería hacer salir a los españoles a la calle a manifestarse. España se parece más a un estado protectorista y paternalista del socialismo más trasnochado, tipo una Polonia de infausto recuerdo, que a un país moderno de libre mercado.

Y el problema se agravará con iniciativas como las propuestas. El cánon digital y la ley del cine -que nos va a grabar a todos por ver el cine que nos plazca (venga de donde venga), que obliga a las televisiones a subvencionar a los productores, que va imponer a las salas de cine a que proyecten un 25% de películas españolas, sean buenas o no- y que nos va hacer pagar un sobreprecio por la tecnología de más de un 30%, nos abocan a un negro futuro de incapacidad creativa, gracias a la solución de siempre: la SUBVENCIÓN.

No sé yo, si esta gente se da cuenta que estas limosnas que exigen para poder seguir teniendo el Porsche Carrera aparcado bajo su loft de 300 m2 de la Latina conducen al sector a un negro futuro. Condenan a la música, al cine, a la tecnología y, en definitiva, a la modernidad de la que se jactan, al ostracismo más severo. Porque, quieran o no quieran, la globalización que la RED ha traído, tiene sus consecuencias; vease: si a mí no me dan la calidad o lo que quiero en mi país, estoy a un click de conseguirlo en Francia, Gran Bretaña, EEUU o la isla de la Martinica… No me pueden obligar. Al final el daño será irreparable. Pero bueno, eso no les importa mucho. Que la gente prefiera ir a ver cine estadounidense a español, no es porque seamos tontos o siervos de Bush. Es que es MEJOR. Sí señores. Gracias a que los EEUU tienen una industria liberalizada, en la que sólo los mejores hacen cine, su cine es bueno.

Personalmente he tenido relación directa con un grupo productor del cine español por cuestiones de la vida y he comprobado que supeditan las películas a las subvenciones. Las dos películas fueron sendos fracasos de taquilla, público y crítica, pero como se subvencionan acabaron incluso ganando dinero… De todos los españoles claro está.

Vamos hacia el futuro de culo y cuesta abajo: esta es la España moderna que queremos. Alea jacta est… Esperemos que no...

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